INSTITUCION

“Siendo notoria la bondad del corazón de las mujeres de nuestra patria, así como también su falta de cultivo, el objeto de este colegio es: hacer que la piedad y religiosidad de las mujeres vayan acompañadas de una buena instrucción moral y religiosa”

(José Antonio Plancarte y Labastida, Fundador de la Congregación de Religiosas Hijas de Maria Inmaculada Guadalupe)

Siempre desde su fundación, se ha procurado infundir la sólida piedad, fomentando en las alumnas a devocón tierna y filial a la Sma. Virgen de Guadalupe, patrona de la Congregación y del Colegio; logrando por este medio, entre ellas, verdaderos apóstoles del amor a María Sma. de Guadalupe.

En el año de la fundación, 1927, se estableció el Apostolado de la Oración y al siguiente, la Asociación de Hijas de María.

En 1932 se fundó, anexa al Colegio, la Escuela de “San Antonio” para niñas pobres, cuya matrícula ascendió a 152 alumnas; pero circunstancias enconómicas no permitieron continuar esta benéfica obra y hubo de clausurarse.

En 1940 de fundó la Sociedad de Exalumnas, habiéndose congregado cerca de cien de ellas. Lo que se pretende en el Colegio Guadalupano es procurar el bien espiritual de la niñez y juventud, según su propio carisma, legado por su Fundador, el Siervo de Dios, Don José Antonio Plancarte y Labastida, a la vez que se les impulsa a las tareas de aspostolado y caridad.

Durante los 89 años de fundación, ha formado cientos de mujeres salvadoreñas, que de una u otra forma han sido y son personas que colaboran en distintos campos de la sociedad.

El Colegio Guadalupano de San Miguel, está muy al pendiente de sensibilizar a su Comunidad Educativa para que, con presteza, responda a las necesidades más urgentes que se presentan, prueba de ello, ha sido la construcción de 39 viviendas permanentes para personas que perdieron su casa a raíz del terremoto del 13 de febrero del 2001 en cantones del Departamento de San Vicente y Cuscatlán. Igualmente se ayudó a Maestros y otras personas con necesidades similares.